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Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Rodrigo de Xerez, la ironía del primer fumador europeo


La neblina de la historia nos impide saber si fue su propia mujer quien lo acusó ante el tribunal de la Inquisición, o si la desventura ocurrió justo al desembarcar en Sevilla. Imagina el asombro de la muchedumbre apiñada en el puerto, al ver a un marinero sacar humo por la boca. Como un dragón. En fin, sea como fuere, el resultado es el mismo. La Inquisición lo encarceló por sus hábitos paganos y diabólicos, culpable de brujería

Rodrigo de Xerez nació y murió en Ayamonte, Huelva, España. Fue uno de los marineros de la Santa María en el viaje de 1492.
Vivió en una casa de la calle Viriato, en el Barrio del Salvador, la cual sirvió de morada en varias ocasiones a Cristóbal Colón antes de su viaje a América.

Ya en la isla de Cuba, Colón pensaba que estaba en el continente asiático, y que su Gran Kan (Emperador) podría residir cerca. Con el fin de salir de dudas, decidió enviar un mensaje al soberano de esta nación por medio de una comitiva que partió el 2 de noviembre. El Conde Roselly de Lorgues lo cuenta en "Historia de la vida y viajes de Cristóbal Colón" (1858):

"... escojiendo al efecto á Rodrigo de Jerez, que habia estado en África, al poliglota Luis de Torres, judio convertido, y en otro tiempo agregado á la familia del gobernador de Murcia en calidad de preceptor, y á dos indios para que, en caso necesario, sirvieran de intérpretes.

... debian dirijirse los mensajeros á la corte del gran Kan, y participarle la llegada á sus estados de Cristóbal Colon, encargado de una carta y de presentes de los reyes de España, deseosos de trabar relaciones de amistad con su alteza.

... Tornaron los enviados al cabo de seis dias; pero en lugar del gran Kan, de su capital y de las minas de oro, no habian encontrado más que una aldea de medio ciento de cabañas, en la cual fueron recibidos como venidos del cielo. Los principales los tomaron en brazos para conducirlos á la mejor choza del lugar, y los hicieron sentar en sillas, mientras que ellos se prosternaban en tierra respetuosamente á su alrededor, y les besaban pies y manos. Al volver Rodrigo de Jerez y Luis de Torres dieron con multitud de naturales de ambos sexos, que traian unos rollos de yerbas secas encendidas por un estremo, mientras por el otro se lo acercaban á la boca para aspirarlo, después de lo cual, despedian de ella una nube de humo. Designaban esta especie de caramillo con el nombre de Tabaco, que nosotros hemos dado á la misma planta." .

Rodrigo adoptó el hábito con gracia y soltura. Regresó a España con un buen cargamento de aquellas hojas a bordo de "La Niña" y escandalizó tanto a sus paisanos que denunciaron a la Santa Inquisición que el tal Rodrigo echaba humos. Otros dicen que fue su esposa quien lo denunció por poseído. El caso es que se pasó encarcelado seis años porque: "sólo Satanás puede conferir al hombre la facultad de expulsar humo por la boca"
Cuando quedó libre la costumbre de fumar tabaco estaba bien vista, se extendía entre la aristocracia y el clero y por toda Europa.

Rodrigo de Xerez fue enterrado en la Parroquia de San Mateo de su ciudad natal, ésta fue destruida durante la guerra con Portugal. Sobre sus ruinas se construyó la Iglesia de Nuestro Señor y Salvador, la losa de su sepultura sirvió de tata de la mesa de su sacristía. No se sabe si sus restos fueron trasladados.
Un monumento en Ayamonte, reconoce al marinero, junto a Juan de Zamora y González de Aguilar, los tres lugareños participaron del primer viaje a América de Cristóbal Colón.

Por orden de Felipe II, Francisco Hernández de Boncalo, cronista e historiador de las Indias, trae a España en 1559 las primeras semillas, que son plantadas en los alrededores de Toledo, en la zona aún hoy llamada “los cigarrales" pues los cultivos solían ser invadidas por plagas de cigarras, siendo probable que el nombre de "cigarro" provenga de esta circunstancia.

Fuente: Pueblos Originarios



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